Estar de vacaciones sin irse de vacaciones
Llega un momento en donde definitivamente no puedo más. Correos, llamadas, mensajes, compromisos, obligaciones... Me encantaría poder detectar el momento justo cuando ya sé que no voy a poder más, pero cuando me doy cuenta ya es demasiado tarde. Al menos eso creo. "Ya no puedo más. Voy a tomar un poco de aire", me dije. Mientras suponía que estaba tomando aire, me descubrí paseando por Instagram, Facebook, Snapchat... Pensaba en las llamadas, los mensajes y los correos que había recibido, y por cortesía podría comenzar a devolver... "¿Qué clase de aire es este?" Mientras tengo más de 3 años sin usar aplicaciones de mensajería instantánea... Mientras soy cada vez mejor en el arte de dejar un mensaje sin respuesta... Aún cuando he cambiado enormemente mi forma de vivir mi vida y abrazar el momento presente... Aún cuando sé que mi bienestar interior es el más importante... La verdad es que todavía quedan remanentes. Hoy quiero abrazar más el placer de "tener que" hacer miles de cosas, y no hacer ninguna. Es momento de dejar de creer que solo soy bueno cuando soy productivo. Quiero abrazar ese placer, y sentirme 100% bien dentro de él. Es momento de quitar la presión que tengo sobre mí, y de relajarme. Es momento de dejar de hacer esperar mi mundo interior, y hacer que el mundo exterior espere un poco más; mucho más. Es momento de abrazar mi lado perezoso. Cuando esté listo, volveré. Mientras tanto, seguiré en la dulce y a la vez incómoda sensación de seguir tomando aire. En fin... Escuchemos con atención el llamado de nuestro cuerpo.
Sobre todo, hagámosle caso. Un gran abrazo, Randy
