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3 formas de ayudarte a liberar tus emociones (y tu pasado)



Hace algunos días escuché una entrevista que le hicieron al príncipe Harry. En el audio, Harry confiesa haber sufrido de grandes problemas emocionales durante más de veinte años; esto a raíz de la muerte de su madre, la princesa Diana. "Mi modo de lidiar con ello era enterrar la cabeza en la arena. Rechazaba incluso pensar en mi madre, porque ¿en qué iba a ayudarme eso? Solo traería tristeza, no la iba a traer a ella de vuelta", comentaba. Se decía a sí mismo, además, que no tenía que dejar que sus emociones lo controlaran o formaran parte de su vida. Aunque algunas personas le insinuaban que no era normal que que una tragedia de este estilo no le afectara, Harry confesó que no quería lidiar con sus sentimientos. Explicaba que pasó todos esos años desconectado de sus emociones. "Era el típico chico de 20, 25 y 28 años, yendo por la vida diciendo que la vida es bella y que todo está bien", decía. Fueron veinte años de negación; seguidos por dos años de caos que, finalmente, llamaron su atención y le hicieron darse cuenta de que había dolor y otras cosas con las cuales necesitaba lidiar. Tal como le sucedió al príncipe Harry, muchos de nosotros vamos por el mundo diciendo que estamos bien cuando en realidad no lo estamos. No nos permitimos sentirnos mal, tristes, frustrados, solos, fracasados, con miedo, porque creemos que no está bien sentirse así. Queremos ser felices y cuando no lo somos buscamos aparentarlo a toda costa. Sabemos que tenemos asignaturas pendientes, pero se las dejamos al tiempo y a la futura cuenta en el banco para que se encarguen por nosotros. Tenemos la creencia errada de que algún ente, tal vez divino, se instalará en nuestras vidas a sanarnos y a cambiarnos. Si lo anterior no funciona, acudimos a la comida, a las compras compulsivas, al exceso de trabajo, a los videojuegos, a las series de televisión, a las dietas rígidas, a torturarnos haciendo deporte, a la pornografía, al sexo, al alcohol, a nuestra adicción favorita, o a cualquiera de nuestras armas secretas de sabotaje y autodestrucción. ¿Familiar?

Quiero que sepas que no te sucede solo a ti. Les sucede a todos los seres humanos en el mundo. ¡Solo los más valientes lo pueden reconocer y afrontar! ¿Qué hizo Harry? Buscó ayuda. ¡Se dejó ayudar! Fue brutalmente honesto con él mismo y decidió reconocer que había más, que había algo que no estaba bien, que había que trascenderlo, que necesitaba sanarlo para extraer de él esa carga emocional que le estaba impidiendo sentirse como merecía, y crecer. ¿Qué puedes hacer tú? Al igual que Harry: Buscar ayuda. ¡Dejarte ayudar! Nuestro sufrimiento crece cuando lo mantenemos en secreto. No es justo que teniendo las herramientas para trascender y sanar lo que te ha estado afectando durante meses (y hasta años) en tu vida, no hagas nada al respecto.

¿Te duele ser honesto contigo? ¡Reacciona! Posiblemente te terminará doliendo más el peso de esconderlo.

¿Qué te puedo ofrecer?

Una mejor condición en tu vida es posible HOY. Toma acción –por tu magia, por tu vida, por ti–, por favor. ¡Solo tú puedes salvarte!

Del otro lado de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestra procrastinación y de las limitaciones y trabas que resistimos con nuestros comportamientos se encuentra la magia. Tu momento de experimentarla no es más tarde, es ahora. ¡Confía en ti y en tu magia!

Por tu magia,

Randy

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